sábado, 17 de marzo de 2018

2018 03 17 Los Quebrantos.

Enredando.


Después del quebranto, San Juan nos dijo que dejáramos de hacer castillos en la arena y que embarcáramos hacia fuentes de aguas claras, que hay mar de fondo, mientras el ángel de la guarda guía, vela y va al timón, llegamos al castillo de bases fuertes y sólidas donde embarcaban los peregrinos para seguir el camino. Allí disfrutando del paisaje, anduvimos entre aguas, enredando, entramando, mientras Dana Paramita se entretenía con el palo. Hay un barco que te lleva a otros lugares del camino incluso a la luna o a idílicos jardines. Entre palos juega mientras grazna y vigila el cuervo. Continuamos hacia firmes torres para subir, entre nieve, donde a un lado es oscuro y frío invierno y al otro clara y cálida primavera.

Paramos en la Playa de Santa María del Mar.
 Aquí nos respetó el tiempo y Dana pudo jugar un rato.

 Iglesia de Santa María del Mar.

 Volamos hacia Ranón

 y en San Juan de la Arena, los quebrantos los dejamos de lado que llueve sobre mojado.
Embarcados,
con Teresa continuamos hacia otras aguas.
TIEMPO
Se nos escapa el tiempo entre los dedos
como granos minúsculos de arena,
dejando en el camino risa y pena,
amores, odios, esperanzas, miedos.
Y en ese devenir de los enredos
con que la vida gira y nos condena,
aprendemos la eterna cantinela
que nos ha de dejar mudos y quedos.
Hacia un final desconocido y yerto
que intentamos obviar día tras día
llevamos nuestras lágrimas de muerto.
Sólo ese fin tenemos como cierto,
y en el amor buscamos valentía
para apagar la sed de este desierto.
Antonia Álvarez Álvarez



  Hay muros insalvables que no dejan ver mas allá. 



Camino de los antiguos embarcaderos, descendemos por donde lo hicieron antes miles de peregrinos, 
aunque después de leer el cartel, a la barca yo no subo.
Una vez cruzado el Nalón, la barca de El Castillo, con suerte, fondeaba en el embarcadero del Forno en el concejo de Muros del Nalón.


Una vez en el embarcadero estuvimos enredando,
entramando,
entre palos.

 En Soto del Barco le ponen muros al Nalón
En el embarcadero
la lavandera
y la luna
sonríen con descaro, mientras
juegan al escondite con los barcos,

Castillo y Fortaleza de San Martín de La Arena (siglo IX), abajo eh, abajo.
Sito en un asentamiento anterior romano, sobre el que se construyó la fortaleza en época de la monarquía asturiana.
Se supone que cuando el Rey Don Silo con su Corte Real se estableció en Santianes (Pravia), tendría esa fortaleza para su defensa, según consta en el Cartulario de San Vicente de Oviedo (781-1.200), en el que se menciona este Castillo de San Martín.


Entre ramas.

LA BRISA RECIENTE
Va la brisa reciente 
por el espacio esbelta, 
y en las hojas cantando 
abre una primavera.
Sobre el límpido abismo 
del cielo se divisan, 
como dichas primeras, 
primeras golondrinas.
Tan sólo un árbol turba 
la distancia que duerme, 
así el fervor alerta 
la indolencia presente.
Verdes están las hojas, 
el crepúsculo huye. 
anegándose en sombra 
las fugitivas luces.
En su paz la ventana 
restituye a diario 
las estrellas, el aire 
y el que estaba soñando.
Luis Cernuda.


Torres mas altas han caído, y esta sigue en pie.
Seguimos hasta donde azota el invierno.

Tarde entre nieve, aguas, santos, puertos, palos, redes y enredos.

Vamos hacia la primavera.


Saludos.


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