domingo, 29 de noviembre de 2015

2015 11 29 Llamigo.

¿Que ye amigo?


Hoy junto con Alejandra, Dani y Slow, Javi, Ignacio, Javi, Raúl, César y Daniel, levantamos el vuelo y subimos de nuevo a Priédamo, 435 mas 1,79 metros sobre el nivel del mar.
Aparcamos y a "rebuscar" un poco.
Desde el sillón en las alturas, podemos ver el veneno, el letal veneno que en forma de nube, no solo nos roba la luz.

Los moradores de ninguna parte, de culo inquieto, ansiosos de ver y conocer paseamos, mientras, Trasgu SERECO hace su trabajo.
Ahora no me ve,
me ve.
Una vez reconocido el terreno, nos informa que no es apto para las trailas.
No habiendo enemigo cerca, continuamos,
escuchamos el viento,

y sedientos de ver
abrimos las sacas,
para continuar el viaje llenándolas.
Hay amigo, unos se van y otros bajamos hacia Llamigo.


A 340 mas 1,79 metros paramos,
mientras, Trasgu a retaguardia, señaliza y protege,
nos dedicamos tranquilos a darle al botón,
a pulso.

Nos acercamos al olvido.
La ermita de la Virgen de Loreto, el día 9 de septiembre son las fiestas de la Virgen de Loreto.
En el programa, una tradicional "guerra del vino",
y también una carrera de cintas a caballo, que tiene lugar desde 1.973.
Es la hora de regresar y atravesar el río, y para eso tenemos al amigo en Llamigo.
Amistad
Amistad... amistad... ¡frasismo vano!
el hombre, por esencia comerciante,
cuando puede comprar es un gigante,
cuando quiere vender es vil gusano.
Ya que hay en la amistad Mercurio y Jano,
me vuelvo como todos, traficante,
me pongo al mostrador con buen talante,
y doy la mano al que me da la mano.
Al que no deja, mi prudencia evita;
al que no quita, mi candor corteja;
y en mi libro de caja queda escrita
esta útil, excelente moraleja:
siempre algo deja lo que nada quita,
siempre algo quita lo que nada deja.
Antonio Plaza Llamas
Ahí estuvo Cesar a la carga, tendiendo puentes, un amigo en Llamigo.
Poco pesada es la carga de la amistad.

Saludos.






domingo, 15 de noviembre de 2015

2015 11 15 Carbayón de Valentín.

¿Que guasa tronco?

Hoy vamos a los montes de Tineo, a ver un viejo amigo asturiano de Dani, hace tiempo que no lo ve y quiere ir a comer con el, y como es gratis nos apuntamos a la ruta, seguro que lo pasamos bien, además por esa zona se come muy bien.
 Saludamos de camino, primero al mar, no estaba muy salada ella hoy, no, como abrumada por algo,
tiene mal día y como no nos va a dar conversación seguimos sin parar.

Llegamos a Tineo,
y pasamos de este, que es un poco el así, no se como decirlo, para ser de tierra adentro nos miró con unos ojos que parecía que  se le salían de las órbitas y estaba como escamado por algo.
 Refrescamos algo en el Palacio de Merás, edificio histórico que data de 1525.
Balcón desde el que el general Riego dirigió su discurso el 4 de octubre de 1820.
"El amor a la Patria me decidió a ponerme a la cabeza de los dignos españoles que despreciando los cadalsos juraron libertad o muerte...."
 Después de pagar las consumiciones marchamos sin comprarlo, me faltaban 30 Euros y por no pedir prestado.
Después de unas cuantas curvas,
 a la sombra de los árboles,
llegamos.
 Una vez aparcados nos dirigimos a saludar a su amigo, menudo ejemplar.
Un ejemplar de carbayo (Quercus robur), Monumento Natural y distinguido con el premio Árbol gigante 2008, nació alrededor de 1160, dice.
Es citado en documentos anteriores al descubrimiento de América y tiene una altura de 16 m., un diámetro de 10,50 m. y una copa de 20 m.
Estaba hecho un desastre, sin peinar ni afeitar, muy altivo el, aunque se le notaban todas las arrugas. 
Lo saludamos ¿que guasssa tronco?  ni contestó, debe ser el otoño, o del Riego.
Le dije que era un maleducado, y me contestó no se que de la chupa. ¿Te la que?.
 Telaraña.
 Este salió en su defensa con unos argumentos vacíos,
 pero se acabó inclinando hacia la Capilla pidiendo perdón.
Después de comer dimos una vuelta por los alrededores.
 Mas roble que rosa.
I
Es fragosa mi tierra, la del Cabo de Peñas
y los altos Urrieles, como es atronadora
la mar que mis cantiles de espuma condecora.
Hay galerna en mis aguas como hay oro en mis breñas.
 Escarpines monteses y rudas almadreñas
calzo en vez de chapines. Mi raza es labradora,
minera y marinera. Y hay brumas en mi aurora.
Soy pariente del trasgo, porque sepáis mis señas.
Hermano soy en savia y fronda del carballo:
nos bautizaron juntos la sidra y el orbayo
y en él y en mi hacen nidos el malvas y el miruello. 
 Nos es común la fuente donde mora la xana.
Si hay guerra, defendemos a muerte la quintana.
Cantamos con la gaita, si hay paz, a voz en cuello.
 II
No es tierra de jardines, que es de bosques mi tierra.
Más robles da que rosas. Nada nos afemina.
No hay traición en el roble como en la rosa espina.
Nuestra canción es fuerte zagala de la sierra.
Piedra y roble es mi casa. Prisionero de guerra,
que, como el oso nuestro la lobada latina,
cláveme en cruz de roble si es que se me asesina.
Y en ataúd de roble yazca si se me entierra.
Yo no canto a la rosa, meretriz de señores,
envilecida en mano de los aduladores,
la que en guirnalda ciñe perietales de estopa.
A su dulzón perfume, la bravada prefiero
de mi coronación con agreste romero
nacido en lo más salto de los Picos de Europa.
Celso Amieva.
Después de ver
 y ver,
 pasamos por capilla.

 Nos despedimos del abuelo, que nos hizo prometer que volveríamos a verle y esta vez si nos contestó. 
Rodamos al encuentro del Narcea,
otro viejo amigo,
y protegidos a su vera, regresamos jocosos a casa, de nuevo con las sacas llenas, la campana ya faltaba ¡eh!.

Saludos.