sábado, 22 de noviembre de 2014

2014 11 22 Ponga.

Otoño y curvas

Escudo de Ponga
Situación

Salimos como siempre sin ganas, a tomar un café a Benidorm como punto de encuentro, y comenzar la ruta, con Paqui, Alejandra, Slow, Fredo, Polo, Dani y César.
Esta vez toca la reserva natural parcial de Peloño un bosque de robles y hayas para ver los colores del otoño (no valen rimas).
En Moandi
 
nos retrató Slow.

seguimos ruta
hasta Cazo














y bajamos cuando nos dejaron, hasta Sellaño,
seguimos carretera adelante y nos desviamos para coger 
un poco de pista con piedras y llegar a La Collada, con tanta vibración se me aflojó un tornillo, tres meses de trabajo a la basura.




Las Bedules
El Tiatordos o Sobanciu,
caminamos por la pasarela a las alturas, 
desde el mirador podemos ver al fondo el macizo occidental de los Picos de Europa o macizo del Cornión: Torre de Santa María de Enol, Peña Santa de Castilla, Cantu Cabronero, Peña Beza, Texedal, Valdepino y Peña Salón.


ACUÉRDATE DE MÍ
Cuando tiendas tu vista por las cumbres
de esas sombrías y gigantescas sierras
que estas tierras separan de esas tierras
acuérdate de mí;


que yo también, cuando los ojos fijo
en esas altas moles silenciosas,
me paro a meditar en muchas cosas...
¡y a recordarte a ti!
José María Gabriel y Galán
Bajamos de las alturas
despacio, hartándonos con el paisaje,
no parece que estemos a final de Noviembre,
si no fuera por los pelados árboles de hoja caduca.
Seguimos descendiendo
por el cuidado asfalto de la carretera,
a la vera del río Viego o Santa Gustia,

pasamos el túnel y nada cambia,

verdor, estrechez y curvas.

Llegamos a Puente Vidosa 
Placa conmemorativa a Paul Labrouche.
donde se unió al grupo Chusín para subir juntos a Casielles.



ROSA HIPERBÓLICA
Va la carreta bamboleante
por el camino, sobre una foz,
el can al flanco va jadeante,
dentro una sombra canta sin voz:
-Soñé laureles, no los espero,
y tengo el alma libre de lid.
¡No envidio nada, si no es dinero!
¡Ya no me llama ningún laurel!
Pulsan las penas en la ventana.
Vienen de noche con su oración,
mas aún alegran en la mañana
los gorriones de mi balcón.
Echéme al mundo de un salto loco,
fui peregrino sobre la mar,
y en todas partes pecando un poco,
dejé mi vida como un cantar.
No tuve miedo, fui turbulento,
miré en las simas como en la luz,
di mi palabra con mi alma al viento,
como una espada llevo mi cruz.
Yo marcho solo con mis leones
y la certeza de ser quien soy.
El diablo escucha mis oraciones.
Canta mi pecho: ¡Mañana es Hoy!
Va la carreta bamboleante
por el camino, sobre una foz,
el can al flanco va jadeante,
dentro una sombra canta sin voz.
Ramón del Valle inclán
Tras contemplar el paisaje
toca bajar.


Tomamos la última y nos despedimos para regresar a nuestras casas una vez mas, "con la saca llena".

Saludos